Florencia Lalor es psicóloga y consultora especialista en adopción. Vive en Buenos Aires, donde realiza psicología clínica en su consultorio. Se graduó con honores de Licenciada en Psicología en la Universidad del Salvador (USAL), Buenos Aires, y posee una maestría en Social Work de la Universidad de Columbia, Nueva York, Estados Unidos, además de una formación en el Ackerman Institute for the Family, en terapia sistémica y familiar.
Florencia Lalor se ha interesado especialmente en el mundo de la adopción porque considera que como profesional y como hija adoptiva tiene mucho para contribuir.
‘Quiero que mi hijo pueda completar su historia’, dice Karla, recordando como, hace 21 años, dio a su hijo en adopción en un escenario de extrema vulnerabilidad. Conocé su historia.
Todos los hijos adoptivos tenemos miedo al abandono. Asumir este sentimiento es salir de la niebla y el resultado es liberador. Con Beatriz Benéitez Pérez.
Montse Lapastora, psicóloga, explica por qué antes de adoptar es necesario madurar una serie de situaciones personales. El niño adoptado ya tiene una vulnerabilidad.
La pandemia que vivimos nos invitó a reflexionar sobre temas muy profundos. La cuarentena “destapó las ollas” porque pensar en un final nos obliga a pensar en los orígenes.
Su familia había hecho un pacto de silencio a pedido de su mamá adoptiva. En esta entrevista, Luz, su hija, nos cuenta cómo su mamá pudo conocer finalmente su verdad, que presentía sin saberla.
Algunos padres no le cuentan a sus hijos que son adoptados creyendo que esto es lo mejor para ellos. Sin embargo, es fundamental construir un vínculo de confianza y transparencia y para eso es necesario partir de la verdad.
Es una violencia sorda, la menos evidente, es mucho más frecuente de lo que pensamos y se ejerce en distintos ámbitos. Detectar los síntomas en la persona que sufre este abuso, es el primer paso para detenerlo. Abordamos este tema con la psiquiatra y terapeuta familiar sistémica Solana Orlando.
Silvia Graff siempre supo que era adoptada. Cuando decidió buscar a su madre biológica, se encontró con un nuevo capítulo de su vida que la sorprendió. Conocé su historia.
Los caminos que llevan al reencuentro entre un hijo adoptado y su madre biológica no siempre son fáciles de desandar. Jaime Ledesma es mediador en adopción y ayuda a transitarlos de la mejor forma posible.
Atreverse a mirar hacia atrás y reconocer el impacto de la adopción implica integrar el dolor y a aceptarlo. Muchas veces se siente como salir de la niebla.
Para hijos adoptivos, padres adoptivos, familias biológicas y profesionales, la adopción tiene distintos significados. Intercambios y reflexiones junto a Flavia Guardiola, presidente de la asociación La voz de los adoptados en España.
Es colombiana y fue adoptada por una pareja sueca. Ser madre la llevó a querer conectarse con sus orígenes y cuenta su proceso en un blog y en esta conversación.
¿Madre hay una sola? ¿Ser adoptado es una suerte? Derribamos mitos junto a Nacho Pérez Pérez, miembro de la Asociación de Familias Adoptivas de las Islas Canarias (AFAIC).
La construcción de Identidad en los hijos adoptivos es más compleja que en los hijos biológicos y hay factores importantes que conspiran contra ese proceso.
Lynn C. Franklin nos comparte su recorrido en el camino de la adopción como madre biológica. Su relato nos interpela y emociona, rompiendo ideas preconcebidas.
Hay palabras inocentes y frases sin intención que tienen un impacto doloroso. Aprender para prevenirlas es parte de nuestra propia educación y de una toma de conciencia mucho mayor.
Javier Walter siempre supo que era adoptado. Su mamá del corazón lo ayudó en la búsqueda de sus orígenes cuando el tiempo fue propicio. Era el momento de cicatrizar una herida y avanzar. Conocé su historia.
La necesidad de conocer a los padres biológicos es natural para muchos hijos. Este proceso moviliza a todos los involucrados. A veces genera miedo y culpa. ¿Por qué hablar es fundamental?
Separarse de la madre biológica, a cualquier edad, genera un trauma que todos los niños adoptados compartimos. Aunque esa herida primaria sea muy profunda, reconociendo el dolor lo podemos sanar.